La mayoría de nosotros recibió alguna educación sobre la anatomía del cuerpo, por lo general en forma de lecciones áridas y aburridas que había que memorizar como las capitales de provincias distantes. Pero raramente, si es que alguna vez, se nos pedía que experimentásemos nuestra estructura. ¡Cada uno de nosotros es esa información!. Lamentablemente nuestros educadores no tenían esta información y así llegamos a adultos acumulando un montón de información irrelevante, aunque sin saber nada sobre nosotros mismos y sobre el cuerpo que debe llevarnos a lo largo de nuestras vidas.
Con este entrenamiento propongo a mis alumnos tener un entrenamiento “experimentado” de la anatomía. No me contento con el alumno sea un receptáculo pasivo de este tipo de información. Considero que es sumamente importante dedicar mucho tiempo y energía a la tarea de conocer el cuerpo y como funciona pero no sólo en teoría sino a través de la practica, del movimiento. Cuando el artista toma esta clase de contacto, conociendo a gracias al “hacer” del “mover”, comienzan a aparecer zonas desconocidas, bloqueos físicos y emocionales que antes no estaban en el plano conciente y al liberarlos se descubre un nuevo abanico de posibilidades expresivas. Son estas mismas posibilidades las que otorgan libertad al artista en el momento de su creación.
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